Érase una vez...

Érase una vez una niña de mirada mágica que fue a nacer en casa de una mujer hiperactiva, soñadora e independiente. Y como ahora las dos se pasan los días en las nubes

viernes, 5 de octubre de 2012

¡Al agua, patos!

Ya es la segunda que vez que llevamos a Ada a la piscina. Esta vez el agua estaba un poquito fría y no pudo disfrutar tanto como la primera vez pero de todas formas ha sido una experiencia muy agradable. Para que no pase frío la hemos comprado un bañador térmico y un gorro en el Decatlon y así va tan calentita. Le pongo además un pañal-bañador que los compro en el Mercadona. Aunque el bañador es para niños de 12 meses, se puede utilizar para los más pequeños porque aunque no se les ajusta al menos les calienta. El primer día no paraba de mirar a todos los lados y movía tanto las piernas y los brazos que parecía que iba a ponerse a nadar. Se moría de la risa cuando la levantábamos y la volvíamos a meter en el agua. Nada más salir del agua y cambiarla se quedó frita. Supongo que, para alguién tan pequeño, chapotear en el agua es como para nosotros una clase de spinning (bueno, ya os contaré mi clase de spinning del otro día, creí morirme. No sé si me atreveré a ir otra vez). Hay clases de natación para bebés desde los seis meses pero me han dicho que no merece mucho la pena apuntarles porque puedes hacer lo mismo si vas por libre, no sé si será verdad. De todas formas Ada se va a tirar una buena temporada sin poder ir porque ha cogido hongos, candiadasis del pañal, pobrecita mía. Lo más seguro es que no sea de la piscina porque según la pediatra puede haber sido por humedad (no creo porque yo la cambio mucho el pañal) o por tener las defensas bajas cuando le pusimos las vacunas de los cuatro meses (puede ser porque está vez tuvo hasta un poquito de fiebre); pero, claro, ahora me queda la duda de si será por haberla llevado a la piscina y ya no me hace tanta gracia. Ya veremos. Os adjunto la foto del bañador para que veáis que chulo es.

martes, 2 de octubre de 2012

La bebeteca de Ada—Por aire y por mar


Este cuento está hecho para tocar, buscar y pensar. Tocar sus diferentes texturas, buscar los diferentes personajes y, sí, pensar porque sus hojas contienen adivinanzas. Además, te enseña los diferentes medios de transporte y los distintos climas. ¿Qué más puedes pedir?
            Tal vez los colores no llamen demasiado la atención a los bebés “lectores” porque son tonos muy pastel, pero creo que en unos añitos disfrutarán mucho con él.
            El autor es Alison Jay. Nació en Hertfordshire, creció en Derbyshire y estudió diseño gráfico en Londres, donde reside actualmente. 
   Tenemos que ir a la cama
  es hora ya de acabar
pero antes de cerrar pantalla
dime quién viene a espiar
(Tú)